A mí me encantaría sentarme el lunes en mi casa a mirar 'Bailando por un sueño', es un programa que me divierte, como televidente lo elegiría", dice Marcelo Tinelli en sus oficinas de Ideas del Sur, a pocas horas de comenzar la temporada número 19 de ShowMatch (Canal 13, lunes, martes, jueves y viernes a las 22.15) con la quinta edición del concurso de baile que, este año, reunirá a 32 figuras nacionales y extranjeras.¿Cuánto tiempo resiste un formato como el "Bailando..."?
¿En algún momento te preguntaste si ya estaba agotado?No, no, no... Yo siento que el "Bailando..." todavía tiene hilo en el carretel, tiene para rato. Como está armado acá, es un formato con continuidad. De todos los concursos que hicimos es el único que nunca descartamos.Armar el equipo del "Bailando..." debe ser más difícil que armar un Gabinete. Para mí es como un campeonato nacional.
Juegan todos los equipos y la expectativa de cada año es ver quiénes clasifican, quiénes ganan, quiénes pierden, quién desciende, quién asciende... Además del baile, creo que lo que lo hace atractivo es que, igual que un campeonato de fútbol, es materia opinable. Todo lo que es materia opinable genera adicción frente a la tele: hablar de política es materia opinable, por ejemplo. El fútbol es lo mismo: vos te sentás a ver un partido y sos el técnico. Es un formato muy participativo, la gente se involucra, toma partido.A la hora de elegir a las participantes, ¿qué ingredientes no pueden faltar?
¿Glamour, buenas piernas, escándalo? ¿Cuánto de cada cosa?No hay una fórmula de tres modelos, dos vedettes, un diseñador... fue cambiando. Nosotros arrancamos en 2006 con un segmento de una vez por semana, más formal y con pocos participantes. Con los años se fue perdiendo esa hipocresía de "lo importante es competir". Hoy los que vienen te dicen "yo quiero ganar". Y es como en el fútbol: si te vas a divertir con tus amigos, perdés 7 a 0 y está todo bien. Pero si lo que querés es ganar, por ahí se te escapa un codazo, una pierna fuerte, y terminás puteándote con el de al lado, la calentura te lleva. Querés decir que un poco de escándalo le da verosimilitud al formato.Pero de manera natural, no porque lo vayamos a inducir, sino porque se da así.
Lo que hacemos es armar un cóctel sabiendo dónde pueden existir los focos de conflicto. Para mí, por ejemplo, es atractivo tener a la Tota Santillán y a su ex mujer, Fernanda Vives... ¿Qué pasará cuando se crucen? ¿Por qué llamaste a Cecilia Bolocco?Tengo una relación muy buena con ella desde que conducía Viva el lunes, en el '93, '94, en Chile. Y me parecía atractivo tenerla por la figura que es en su país y por lo que representa en la Argentina. Hicimos el intento, lamentablemente no se dio por un montón de cosas, ella tiene muchos compromisos y le resulta difícil venir e instalarse siete meses acá. ¿Se le ofrecieron 800 mil dólares?A mí no me gusta hablar de cifras, creo que el problema no era el dinero, sino los pedidos que ella hacía, totalmente entendibles desde su perspectiva: empezar más tarde, faltar algunos días, venir sólo dos semanas...
¿Cuál fue la negociación más complicada, la figurita más difícil de conseguir?Cada negociación es difícil, y la dificultad no siempre pasa por el dinero. Acá son todas personas famosas, y es muy fuerte para un famoso ser juzgado en público, ensayar siete días a la semana, no ver a sus familias y después plantarse ante un jurado... Todos piden garantías que no existen. Llegar a la final.Hmmm... Nosotros no podemos asegurarles nada, excepto que van a tener toda la contención y el apoyo de la producción. Cuando llega el momento de bailar, tienen que aprenderse la coreografía y el jurado y el público deciden.
Después, obviamente, si se cuestiona a la Justicia en la Argentina, ¿no se va a cuestionar a un jurado de TV? Obvio que van a decir "favoreció a tal porque es amigo", o porque trabaja con él... Eso es también lo lindo del programa.
Cuanto más importante es la figura convocada, ¿no genera más sospechas sobre la transparencia del concurso? Uno no se imagina que la Cicciolina vaya a perder en la primera ronda.¿Y por qué no? Por ahí sí... A ninguno de los artistas se les garantiza una semana, dos, tres o "llegás a la final". Con Paula (Robles) todos me decían "Ah, va a ganar porque es tu mujer", y el día que perdió, al revés: "Ah, era obvio que iba a perder, porque es tu mujer". En este país todos sospechamos de todo.
Cuestionamos a los que ganan y cuestionamos a los que pierden. ¿Qué participante te genera más expec tativa? ¿Cuál creés que va a ser la revelación del programa?A mí me parece muy fuerte la presencia del bailarín ciego, Serafín Zubirí (ex finalista de la versión española). Es un tipo con una luz increíble, a pesar de su ceguera, tiene una energía y una positividad...¿Y de las famosas?A Dolores (Barreiro) la quiero ver, mirá lo que pasó con Liz Solari, o con María Vázquez... Adriana Aguirre me genera curiosidad también, porque fue la primera eliminada del "Cantando..." y ella decía que, en realidad, se había preparado para el "Bailando...". La Cicciolina, obvio, quiero verla. Eunice Castro y Gabriela Bo: ¿bailarán, no bailarán? ¿Y Millie Stegman? ¿Y Marianela Mirra?
Los "Bailando...", "Patinando...", ¿significan una continuidad o una ruptura en la historia de "ShowMatch"?Yo creo que el programa mantiene su espíritu, pero fue acompañando mi desarrollo profesional, como productor, como persona, tengo otra edad... También influye el ca nal en el que estás. El "gran show" siempre fue distintivo de Canal 13, desde Casino Philips hasta los Sábados circulares de Mancera, eso suma público también.¿Los concursos te sumaron un público que antes no te veía?Sí, no tanto en lo que hace a la composición socioeconómica, sino sobre todo en la edad.
Mantuvimos a la gente joven, pero se sumó un público de más edad.¿No extrañás el humor?Es que yo siento que el programa tiene muchísimo humor.
El humor en la TV ha tenido diferentes maneras de expresarse, hoy no sé si vería un programa de sketches, cuando el humor está en los noticieros, en los periodísticos, en la ficción... En este formato, el plus que creo que le aportamos nosotros es la posibilidad de que el humor aparezca a medida que les vas dando tiempo a las figuras para que muestren otras cosas, como Matías Alé o Iliana Calabró.El año pasado el programa generó un fenómeno de repercusión pública, una suerte de omnipresencia mediática. ¿Es una condición que eso se repita?Eso es algo que depende del rating, si hacés un programa de buen rating, al otro día van a estar hablando de vos, es inevitable.No siempre.
Hay programas que miden bien y sin embargo no generan nada.Ojo, la ficción es diferente, tiene otro ritmo, es como leer un libro... El "Bailando..." es como un partido de fútbol: uno gana, otro pierde, al día siguiente lo comentan todos en el café porque si no, te quedás afuera. Pero si el programa no tiene rating, todo eso no suma nada. Nosotros no vamos a buscar el escándalo, si se da, se da. ¿Y en algún caso hubieras preferido que no se diera? A ver... el año pasado se habló mucho del caño: el caño va a volver a estar este año.
me parece que esté mal, no me voy a arrepentir de eso. Este es un programa para adultos, está fuera del horario de protección al menor. Y yo quiero hacer buen rating, no soy hipócrita. No voy a decir "no, nosotros trabajamos para un programa de prestigio, estamos muy contentos haciendo 13 puntos", no me gusta esa hipocresía. Por supuesto que no me voy a comparar con una ficción... A mí me encanta hacer un show de entretenimiento, de nivel y popular, abarcativo, no segmentado... y hacer buen rating. No me ofende decirlo. Hoy parecería que, cuando no lo lográs, hay que salir a decir "no, nosotros estamos en la búsqueda de otra cosa". Eso es una gran mentira, una fachada.