
La historia cuenta una Argentina del Siglo SXX y el encuentro entre dos mundos. Un chico joven, sensible, humilde, con valores, inmigrante italiano y con ansias de educación, interpretado por Victorio. Una vez más mostrando su versatilidad en escena, su personaje pasa por momentos que logran sacarle sonrisas y lágrimas al público al mismo tiempo. Concentrado, inmóvil, ofrece un abanico de sensaciones.
Hervé encarna a un francés frívolo, soberbio y millonario. Quién intenta humillar desde el comienzo al "joven indefenso", también hay una cuota de deseo y tensión entre ambos. Es un personaje para jugar, que capta la atención de los espectadores desde que ingresa a escena con un vestuario muy particular. Con el timing justo crea climas y seduce desde un lado diferente. Demuestra que las diferencias entre ambos no son sólo la clase social, y deja un mensaje revelador. ¿Otra curiosidad? la obra dura 25 minutos, y en ese lapso de tiempo justifica una y mil veces la idea de que no hay que dejar de ir al teatro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario