Nueva York, de vaya a saber que año. Una madre arrepentida intenta perdonarse por abandonar a su hijo homosexual, quién murió diez años atrás. Bajo el lema de "amar, abandonar y volver a amar", "Madres e hijos" presenta una conmovedora historia de amor diferente. Selva Alemán interpreta a Katharine, una mujer dura, pacata, llena de prejuicios, pero con un gran amor transformado en dolor. Decide visitar al exnovio de su hijo André Gerard, con el fin de mantener vivo aquel recuerdo. Resentida y adorable al mismo tiempo, busca respuestas que nunca tuvo. Conmovedora en todo momento, Selva una vez más da cátedra de como emocionar al público simplemente con su talento.
Sergio Surraco encarna al exnovio del hijo fallecido de esta mujer. Tierno, pensante y con la predisposición de brindarle ayuda, intenta reconstruir el pasado con su presente. Un hermoso trabajo muy bien logrado, que mezcla sentimientos y pasa por todos los momentos. Un verdadero actor de raza.
Aquella expareja, varios años después de haber muerto su novio, decide volver a apostar al amor con el personaje que personifica Nicolás Francella. Quién trabajó en cine y televisión en otras oportunidades, pero en esta obra "se recibe de actor", con todo lo que eso significa. Suelto, sin prejuicios, y con una pisada escénica muy fuerte, su personaje narra la vida cotidiana entre una pareja del mismo sexo con un hijo en común. En su momento APTRA lo nominó al Martín Fierro como Revelación, pero con "Madres e hijos", claramente se impone como actor protagonista, y muestra una faceta desconocida para quiénes lo siguen.
Párrafo aparte para el nene que interpreta al hijo de la pareja entre varones. Es sin dudas una cuota de esperanza y amor en todo momento. Es el futuro. El espectáculo utiliza un eslogan que dice: "Una obra de la que no salís siendo el mismo", y tiene razón.
Se presentan de Miércoles a Domingos en el Multiteatro (Av. Corrientes 1283).
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